El técnico tolosarra inicia su etapa al frente del Real Madrid con ideas claras, pero sin los perfiles ideales para ejecutarlas. ¿Podrá Xabi imponer su estilo o tropezará con los mismos errores de planificación?

El nuevo técnico blanco, a sus 43 años, afronta su primera temporada en el banquillo del Santiago Bernabéu con ilusión y prestigio, pero también con dudas estructurales que condicionan su idea de juego, y es que el Real Madrid a espensas de lo que ocurra en el resto del verano se encamina a repetir algunos errores de planificación deportiva que ya le condenaron la temporada pasada.
El nombramiento de Xabi Alonso como entrenador del Real Madrid ha generado una oleada de entusiasmo entre aficionados y analistas. No es para menos: su excelente trabajo al frente del Bayer Leverkusen, donde combinó competitividad, identidad y fútbol moderno, lo posicionó como uno de los técnicos más prometedores de Europa. Sin embargo, más allá del impacto mediático de su llegada, el arranque del proyecto deja algunas sensaciones encontradas.
Porque aunque nadie pone en duda su capacidad táctica, su formación futbolística o su valentía como entrenador —características que ya quedaron reflejadas en la Bundesliga—, lo cierto es que el Real Madrid 2025/26 dista mucho de ser un equipo configurado a su medida. Como se evidenció en el pasado Mundial de Clubes, a Xabi le está costando trasladar su modelo de juego por la falta de ciertos perfiles fundamentales: no dispone de un jugador organizador de juego que sea el conductor de su idea sobre el terreno de juego, y un problema de difícil solución con sus jugadores ofensivos (Vinicius y Mbappe) a los que será prácticamente imposible convercerles para realizar esa presión alta sobre la salida del rival, algo imprecindible para el concepto de juego de Xabi.
A todo ello se suma un aspecto no menor: su primer gran desafío como gestor de egos. El vestuario blanco es, como ya sabemos, uno de los más exigentes y complejos del fútbol mundial. Muchas estrellas, muchos intereses individuales, mucha presión institucional… y muy poca paciencia en épocas de malos resultados. Xabi Alonso, competitivo por naturaleza, está preparado desde la pizarra táctica, pero ahora deberá demostrar también que tiene el carácter, el equilibrio y la inteligencia emocional necesarias para sostener al grupo en los momentos críticos.
El problema no es solo de entrenador, sino de plantilla
A expensas de que aún pueda llegar algún otro fichaje en lo que resta de verano —como ya adelantamos en Fútbol Insider, condicionado a una posible venta de Rodrygo que permitiría afrontar la incorporación de un centrocampista organizador — lo cierto es que, hoy por hoy, el Real Madrid sigue mostrando carencias estructurales importantes.
Los cuatro refuerzos confirmados hasta la fecha ofrecen matices interesantes, pero no elevan de forma significativa el nivel global de la plantilla. Si el objetivo es volver a competir de igual a igual con gigantes como PSG, Liverpool, Arsenal, Bayern o incluso el renovado FC Barcelona, la realidad es que el Madrid aún está un peldaño por debajo.
La llegada de Alexander-Arnold y Álvaro Carreras, dos carrileros con clara vocación ofensiva, promete aportar amplitud y profundidad en fase ofensiva, pero a nivel defensivo no representan una mejora sustancial respecto a los Lucas Vázquez o Fran García de la temporada pasada.
Franco Mastantuono es una apuesta a medio plazo. Nadie duda de su talento, ni de su potencial para ser un jugador diferencial en Europa. Pero aterrizar en el Real Madrid con apenas 18 años, tras salir de un entorno tan exigente como River, no es garantía inmediata de éxito. Compararlo con Lamine Yamal sería precipitado y dañino para su evolución. Al argentino hay que protegerlo, entender sus tiempos y no cargarle con expectativas desmedidas.
Por su parte, Dean Huijsen sí puede ser considerado un fichaje verdaderamente estratégico. El central español ha dejado destellos muy prometedores en el pasado Mundial de Clubes, mostrando solidez defensiva, jerarquía en el juego aéreo y una gran capacidad para sacar el balón jugado. Tiene condiciones para marcar una época si se le acompaña bien y se le da confianza.
Pero el gran debe sigue estando en la sala de máquinas. Desde la retirada de Toni Kroos hace más de un año, el Madrid carece de un centrocampista organizador que dé sentido al juego y marque el tempo. La figura del '5' constructor sigue vacante, o al menos de un medio que sin ser un cinco puro pueda organizar el fútbol del equipo como lo hacía el "teutón", y sin ella es muy difícil implementar un fútbol posicional y dominante como el que pretende Xabi Alonso. Además, la línea defensiva genera dudas: Militao y Alaba regresan de lesiones graves, Nacho se ha marchado, Asencio no ha demostrado nivel suficiente y Rüdiger —aunque competitivo— va perdiendo agilidad con el paso de los años.
De no llegar un central más y, sobre todo, un medio organizador en las próximas semanas, desde 'Fútbol Insider' consideramos que la temporada 2025/26 del Real Madrid corre el riesgo de ser un reflejo de la pasada: un equipo capaz de imponerse a la mayoría de rivales en La Liga, pero muy corto para competir en Europa cuando llegue la hora de la verdad.
Porque, en el fondo, la cuestión no es solo qué entrenador tienes, sino con qué herramientas cuentas para ejecutar su idea. Y ese será el verdadero termómetro del éxito o fracaso de este ilusionante —pero aún inacabado— proyecto de Xabi Alonso.
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