Lo más llamativo es que esta crisis de Boca y River contrasta con el gran momento de la Selección Argentina de Lionel ScalonI

Dos gigantes del continente viven momentos muy distintos pero igualmente preocupantes: Boca atrapado en su crisis estructural y River incapaz de confirmar su dominio en la élite internacional.
---
La otra cara del fútbol argentino
Durante décadas, Boca Juniors y River Plate fueron sinónimo de hegemonía en Argentina y potencia continental en la Copa Libertadores. La historia reciente, sin embargo, muestra un panorama muy diferente: crisis institucional, malas planificaciones deportivas y una preocupante pérdida de peso competitivo frente a clubes de Brasil y, cada vez más, de otros países sudamericanos.
---
Boca Juniors: de mito a laberinto
El caso de Boca es quizá el más alarmante. Bajo la gestión de Juan Román Riquelme, el club ha acumulado fracasos deportivos y un deterioro institucional visible. A los problemas económicos y de estructura se suman decisiones técnicas erráticas, fichajes sin impacto y una constante rotación de entrenadores.
El resultado: un equipo que no compite, una Bombonera cada vez más impaciente y un proyecto que transmite más improvisación que convicción.
---
River Plate: potencia local, dudas globales
River, en cambio, sigue mostrando un nivel alto en el campeonato argentino y mantiene una plantilla de mayor calidad y proyección. Sin embargo, cuando se mide a los mejores de Brasil en Libertadores o a equipos internacionales en torneos oficiales, las limitaciones afloran. La derrota en el último Mundial de Clubes y las eliminaciones prematuras en Libertadores han dejado claro que el “modelo River” necesita renovarse si quiere volver a ser competitivo fuera de las fronteras argentinas.
---
El espejo brasileño
La comparación con Brasil resulta inevitable. Flamengo, Palmeiras, Fluminense o São Paulo no solo dominan en Libertadores, sino que también proyectan un músculo económico y organizativo que hoy parece inalcanzable para los clubes argentinos. La diferencia ya no está solo en el talento de sus plantillas, sino en la capacidad de gestión, inversión en infraestructura y planificación a medio plazo.
---
La paradoja de la Selección Argentina
Lo más llamativo es que esta crisis de Boca y River contrasta con el gran momento de la Selección Argentina de Lionel Scaloni, actual campeona del mundo y nuevamente gran favorita para el Mundial 2026. La Albiceleste ha construido un ciclo ganador que combina talento, organización y mentalidad competitiva.
La paradoja está en que prácticamente todos los futbolistas clave de la selección juegan en Europa o en ligas de mayor poder económico. Argentina brilla como país exportador de talento, pero sus clubes no logran retener ni potenciar a esas estrellas para volver a ser referencia en el continente.
---
Un futuro que exige decisiones
El fútbol argentino sigue produciendo talento a raudales —cada año aparecen joyas en inferiores—, pero ni Boca ni River están logrando retener ni potenciar a esas figuras lo suficiente como para competir de igual a igual a nivel continental.
Si no hay un giro profundo en la gestión institucional, en la política de fichajes y en la apuesta por proyectos deportivos sólidos, el riesgo es claro: vivir de la historia mientras otros construyen el presente y el futuro.
---
Conclusión
El fútbol argentino no puede permitirse que sus dos gigantes sigan atrapados entre la nostalgia y la improvisación. Boca necesita profesionalizar su gestión y River debe revalidar su proyecto internacional.
Mientras tanto, la Selección Argentina brilla fuera de sus fronteras con jugadores que no se forman ni consolidan en casa, mostrando la gran paradoja del fútbol argentino actual.
Añadir comentario
Comentarios